Según la empresa noruega XPLORA los niños piden el primer móvil a los 9 años, pero no están preparados.
Según un estudio de la empresa tecnológica noruega XPLORA, sobre la utilización de los dispositivos móviles por parte de los niños españoles, el 60 % piden el móvil antes de los 9 años y el 27,7% con 7 años o menos, aunque según los datos la edad media está en torno a los 12 años cuando dan el salto a segundaria. Como dató informativo, entre los que piden el teléfono móvil antes de los 8 años, mayoritariamente son hijos de padres jóvenes.
Datos del estudio
Para la realización de este estudio sobre el acceso de los niños que viven en España a los teléfonos móviles o teléfonos inteligentes,
La empresa noruega ha entrevistado a 400 padres y madres de con hijos e hijas de entre 5 y 12 años para esta encuesta, fruto del cuales la empresa ha elaborado un decálogo a tener en cuenta antes de comprar o heredar nuestro hijos su primer teléfono, un paso que tiene una complicada y en algunos casos conflictiva vuelta atrás.
XPLORA GO y 3S – Teléfono reloj para niños y niñas (SIM no incluida) – Llamadas, mensajes, modo colegio, botón SOS, localizador GPS, cámara y podómetro
Decálogo Xplora sobre la entrega de un teléfono inteligente a nuestros hijos e hijas
1. Definir el propósito
Cada familia tiene unas costumbres, convicciones y necesidades distintas. En función de estas, pensad en el propósito de ese dispositivo y en las ventajas e inconvenientes. Quizá simplemente quieres que exista una opción de aprendizaje progresivo.
2. Pensar en los niños
Piensa en cómo es tu hijo/a y en vuestra relación, en su edad e incluso en sus aficiones. Todos estos aspectos influyen en el uso que se hace del teléfono, los adultos somos nosotros y es nuestra responsabilidad acompañarlos en estas experiencias.
3. Potenciar el acceso gradual
Piensa cuál es la relación de tu hijo-a con la tecnología. Si el primer contacto de tu hijo-a con la telefonía móvil es un smartphone las opciones son infinitas y no sabrá gestionarlo. La tecnología llega a su vida cuando los padres lo deciden y es fundamental que descubran poco a poco.
4. Tomar la decisión
Los niños-as piden muy pronto, pero somos los educadores los que decidimos cómo gestionar su acceso a diferentes experiencias. Con un teléfono móvil debe ser igual, los padres deben elegir el momento adecuado para ello.
5. Conocer las alternativas
El 50% de los niños-as españoles dispone de un móvil. Aunque la primera opción siempre es un smartphone, es importante conocer cuáles son las alternativas en función de tus necesidades. Una alternativa pueden ser los teléfonos en forma de smartwatch ya que no implican una autonomía total ni conectividad abierta.
6. Compartir unas normas
La educación se basa en el ejemplo, el diálogo, la escucha… y también en las normas y los límites. Si somos coherentes desde el principio basando unos hábitos en cuanto a la tecnología conseguiremos que el uso de esta sea equilibrado y positivo para todos. Las normas consensuadas y sencillas de recordar son la clave del éxito.
7. Favorecer una autonomía progresiva
¿Qué es lo que va a hacer el menor con el dispositivo? ¿Qué decisiones tendrá que tomar con él? No es lo mismo que solo pueda mirar una pantalla, enviarte mensajes o llamarte a que también pueda navegar por internet sin supervisión. La autonomía digital tiene que ir en línea con la autonomía analógica.
8. Elegir los entornos
La constante disponibilidad de pantallas hace que salgamos menos, nos movamos menos o incluso nos relacionemos peor. Debemos buscar contenidos y actividades compatibles. El aprendizaje en el uso de la tecnología es un camino repleto de experiencias.
9. Abrir conversación
Niños-as y adolescentes no temen a la tecnología, pero tampoco saben más de ella que sus progenitores. Necesitan que los adultos les demos contexto a lo que ven o leen, aportemos valores y ayudemos a gestionar emociones.
10. Prepararse para ser mayor
Cuando la familia esté preparada para que el menor tenga un smartphone, es muy importante ser coherentes y elegir bien el momento de entrega y modelo. Con todo, lo más importante es seguir hablando y escuchando a nuestros hijos-as.