Cuando alguien quiere abusar sexualmente de un niño, puede tratar de “prepararlo”. Es importante que entienda este proceso para que pueda detectar las señales y proteger a su hijo.
Cuando un niño es víctima de acoso o abuso sexual, nunca es culpa suya y es fundamental que los padres y los cuidadores lo reconozcan. Saber que se les apoya y se les cree puede ser de gran ayuda para un niño a medida que se alejan del abuso.
Incluso si usted sabe que no es su culpa, puede ser muy difícil entender cómo su hijo se ha encontrado en una situación en la que ha sentido que tenía que, o quería, participar en actividades sexuales con un adulto o una persona mayor.
Una de las maneras en que esto puede suceder es como resultado del “grooming”.
¿Qué es el grooming?
El grooming es un proceso utilizado por personas con un interés sexual en los niños para preparar a un menos para el abuso sexual. A menudo se planifica con mucho cuidado y puede tener lugar durante semanas, meses o incluso años.
Construyendo una relación
En el grooming trata de hacer que un niño piense que el sexo con el agresor es normal o que no tiene otra opción. Los delincuentes hacen esto construyendo una relación y una conexión emocional con el niño.
Esta relación puede tomar diferentes formas.
- Podrían tratar de convencer a la persona joven de que están en una relación amorosa como novio o novia.
- Pueden convertirse en mentores de los jóvenes, haciéndoles creer que son alguien que puede ayudarles o enseñarles cosas.
- A veces se convierten en una figura dominante en la vida de un joven, tal vez por tener una relación con su padre, madre o cuidador.
- También pueden establecer una relación con la familia del niño, haciéndole creer que es alguien a quien se le puede confiar al niño.
Uno de los aspectos más siniestros del grooming la forma en que imita tan de cerca las relaciones genuinamente positivas. Esto puede dejar a sus víctimas muy inseguras de en quién confiar, a veces asumiendo que no pueden confiar en nadie, incluso en personas que parecen ser amables y preocupadas.
Ganar poder sobre un niño
En todas estas relaciones buscarán ganar poder sobre el joven. Esto les permite manipularlos o forzarlos a tener relaciones sexuales.
Si una persona joven siente que está enamorada, esto le da poder al agresor. El agresor puede chantajear emocionalmente al niño amenazándolo con retirar su afecto o diciéndole: “Si me amaras, lo harías”.
Los delincuentes también chantajean a los niños amenazándolos con compartir secretos que el niño les ha contado. En algunos casos le dirán al niño que habrá consecuencias terribles por negarse a hacer cosas sexuales.
Los delincuentes utilizarán todos los medios que puedan para ejercer poder sobre un joven.
Mantenerlo en secreto
En todos los casos se asegurarán de que el joven no le diga a nadie más sobre el abuso, diciéndole que lo mantenga en secreto.
A menudo les dicen a los jóvenes que nadie les creerá, o que si se lo dicen a alguien, ellos serán los que tendrán problemas. Por eso es tan importante decirle a una persona joven que le cree y que no la culpe si revela que ha sido abusada sexualmente.
Recuerde que muchos niños y jóvenes no entienden que han sufrido acoso, o que lo que ha ocurrido es abuso sexual. Aunque le digan o se entere del abuso, es posible que los jóvenes intenten permanecer en contacto permanente con el agresor y tengan sentimientos muy confusos al respecto. Necesitarán su ayuda para entender sus sentimientos y protegerlos de más abusos.