José Ramón Ubieto ha presentado recientemente su libro: ‘Del padre al ipad’, en el cual se intenta analizar el alcance del desplazamiento de la figura paterna y materna, como significante amo regulador de la vida de las personas, al iPad, como icono de esta nueva realidad digital que configura nuevas formas de subjetividad.
Una parte de la función que cumplía la familia, y la
jerarquía que la sostenía, ha sido desplazada a las redes sociales, con sus
dispositivos más horizontales y en conexión permanente. Ellas suponen un apoyo
nada desdeñable a los sujetos hipermodernos, huérfanos de referencias, pero al
tiempo muestran sus fragilidades al situar el cuerpo y su imagen como elementos
centrales y aupar lo virtual en detrimento de la presencia.
La hiperconexión está cambiando aspectos centrales en nuestras vidas:
aprendizajes, relaciones personales y familiares o sexualidad. Su incidencia en
las infancias y adolescencias del siglo XXI es ya evidente. ¿Cómo seguir siendo
interlocutores válidos para ellos y ellas ante esta nueva realidad digital?
¿Cómo hacer para acoger esa novedad que traen y al tiempo no abandonarlos sin
límites en su uso? Este libro trata de analizar estas transformaciones y
proponer ideas que permitan acceder a lo virtual sin renunciar a la presencia
ni a lo singular de cada uno/a.
“Este libro pretende, pues, analizar el alcance de este desplazamiento del Padre, como significante amo regulador de la vida de las personas, al iPad, como icono de esta nueva realidad digital que configura nuevas formas de subjetividad y un nuevo mundo dominado por la mirada y la imagen, cuya dinámica oscila entre ver y exhibir en las redes sociales. Estamos, sin duda, en los albores de una nueva civilización con ambición planetaria. Y, a causa de ello, esta nueva fórmula del siglo XXI, que es la red, también produce dispositivos presenciales que, sin renunciar a lo virtual, exigen el cara a cara, el compromiso de poner el cuerpo y establecer vínculos de apoyo y colaboración. Hay, sin duda, vida más allá de las redes sociales, pero no sin ellas”.
“Para la realización del presente estudio, hemos sostenido una conversación permanente entre todos los autores, a partir de las lecturas realizadas y de nuestra propia experiencia clínica, social y educativa. Hemos incluido también la opinión de cerca de 200 niños y adolescentes, madres y padres, docentes y otros profesionales. Todas y todos han colaborado amablemente a través de entrevistas y grupos de discusión”.
Un niño de apenas dos años, chupete en boca, desliza sus dedos con gran habilidad sobre el iPhone de su madre, que descansa a su lado. El niño está absorto en un vídeo de Peppa Pig y a ratos lo para y mira las fotos de la Galería, en muchas de las cuales aparece él con sus padres o su hermana. Su atención está focalizada en el gadget y apenas emite sonido alguno, salvo alguna risa en sordina por el chupete que no suelta, o una mirada al padre que llega.
Mientras, la madre está viendo un capítulo de la conocida serie Black Mirror, en la que casi no hay familias, hay individuos solos atribulados por sobrevivir. Tal vez la única familia que se destaca en sus cinco temporadas sea la del primer capítulo, en el que alguien secuestra a la duquesa de Beaumont —miembro de la familia real británica— y, a cambio de su vida, exige que el primer ministro tenga relaciones sexuales con una cerda. Retransmitido en directo y en cadena televisiva para todas las familias del Reino Unido, que se agolpan frente a las pantallas… y que nadie puede dejar de mirar.
Esta escena cotidiana, mixtura de dos realidades familiares, una más tradicional y otra que apunta a la distopía de un mundo por llegar, refleja bien el contenido de este libro: ‘Del Padre al iPad. Del Padre’, entendido como esa función de conector que nos permite pasar del autoerotismo original al vínculo con el otro (socialización analógica), al iPad, icono de los gadgets que nos conectan hoy al nuevo mundo digital en el que ya habitamos todos (socialización digital).
“Cuando decimos Padre —para marcar que venimos del patriarcado, donde él era el protagonista—, nos referimos de manera indistinta a cualquiera de los adultos, progenitores o no, de un sexo o de otro, que se ocupan de los niños/as. Hoy ya es un hecho que las tareas de cuidados, tradicionalmente asignadas a las madres-mujeres, pueden ser (y cada vez más es así, aunque es obvio que sigue habiendo diferencias importantes en el maternaje) desempeñadas por los padres-hombres, los padremadre”.
Participan como autores, junto a José Ramón Ubieto (ed.), Ramon Almirall, Fina Borràs, Lidia Ramírez y Francesc Vilà.
- Psicólogo clínico y psicoanalista. Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. Colaborador docente de la uoc y de la ub.
- Ramon Almirall. Psicólogo. Asesor psicopedagógico y Terapeuta Familiar. Profesor UB y Director adjunto de la revista Ámbitos de Psicopedagogía y Orientación (www.ambitsaaf.cat).
- Fina Borràs. Psicóloga especialista en Psicología clínica. Coordinadora Centro Salud Mental Infanto-Juvenil Horta-Guinardó de 2010-18. Coordinadora Programa Interxarxes desde 2016.
- Lidia Ramírez. Psicóloga clínica y psicoanalista. Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. Adjunta Coordinación del Programa Interxarxes desde 2011.
- Francesc Vilà. Investigador Salud Mental Comunitària. Miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. Miembro del Consell Assesor de Salut Mental i Addiccions del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya.
(Información extraída de Ned Ediciones y de la introducción del libro)